EL AMOR PROPIO EN LOS ADOLESCENTES
Cómo potenciar el amor propio en los adolescentes.
Si tienes un hijo adolescente es posible que pienses que a veces le falta sangre en las venas, que lo que hace es más por obligación que por lo que realmente siente que debería hacer. Es normal. La adolescencia es una etapa complicada, donde los adolescentes están buscando su identidad y esto no siempre es una tarea fácil para ellos. Se sienten en muchas ocasiones confundidos, pero el amor propio es la base fundamental para desarrollarla, y como padres es importante trabajarlo para conseguir buenos resultados.
La clave de potenciar el amor propio en los adolescentes es trabajando su autoestima, ya que cuando se sienten bien harán las cosas bien. Es importante que todos los padres y madres de chicos adolescentes pongan de su parte para que, de esta manera, se sientan mejor consigo mismos, en casa con la familia y con el mundo que les rodea.
En ocasiones y sin darse cuenta, son muchos los padres que fortalecen la autoestima de sus hijos cada día, ya sea felicitándoles por un trabajo bien hecho, mostrándoles afecto o usando la disciplina (positiva) por infringir una regla. Pero en realidad, todos somos humanos y es probable que también hayan días que sin darse cuenta los padres hagan más caso de su ego o no se den cuenta de que están perjudicando la autoestima de sus hijos adolescentes. Para trabajar el amor propio y la autoestima de los adolescentes, es importante conocer algunas formas fáciles de hacerlo cada día.
Cómo trabajar el amor propio en adolescentes: la autoestima es la clave.
• Sé generoso con los elogios de forma sincera
En ocasiones no se les dice a los hijos lo suficiente las cosas que sí hacen bien y nos centramos únicamente en recordarles lo que hacen mal. Es importante cambiar este chip y empezar a felicitar a los hijos no solo por los logros o los resultados, sino también por el esfuerzo, incluyendo aquellas veces en las que no producen los resultados deseados. Además, es importante animar a los chicos a sentirse orgullosos de sí mismos, a que vean que confiamos en ellos. El orgullo hará que brillen desde dentro, no necesitarán tanto la aprobación externa para hacer las cosas.
Los adolescentes con baja autoestima pueden sentirse incómodos al aceptar elogios. Si ese es el caso de tu hijo, igualmente hazle elogios, y que siempre sean sinceros. Los niños y adolescentes de cualquier edad tienen un radar interno que saben cuándo dices las cosas de verdad y cuando no. Si creen que no estás siendo sincero/a en tus elogios, es probable que tengan un efecto contrario al deseado.
• Critica cuando sea necesario, pero de forma constructiva
Nunca hagas una crítica destructiva, para hacer daño o degradar su dignidad. Tu hijo no necesita eso. En lugar de decir algo como: ‘¿Cómo has sido capaz de sacar esa nota tan baja en el examen?’ ‘¿Qué haces realmente cuando estudias?. Seguro que pierdes el tiempo’
Puedes decir cosas como: ‘Casi sacas mayor nota, con un poco más de concentración en tus estudios seguro que lograrás un mejor resultado. Sigue con tu esfuerzo y mejora en aquello que hayas fallado para mejorar tus habilidades’.
Tus hijos adolescentes necesitan tu ejemplo y tu respeto hacia ellos para que las críticas sean constructivas y realmente puedan aprender de los errores.
• Permite que exprese sus opiniones
Los adolescentes tienen muchas opiniones revoloteando en su mente, pero necesitan tu permiso para poder expresarlas y tu guía para que aprendan a hacerlo correctamente (con empatía y asertividad). Por este motivo es importante que incluyas a tus hijos en las decisiones diarias familiares y poner en práctica alguna de sus sugerencias. Puedes preguntarle si le gusta el nuevo sofá del salón, si lo cambiaría de sitio, si prefiere un color u otro para pintar su dormitorio…
A los adolescentes les encanta que les traten como iguales los adultos, aunque sepan que tienen mucho que aprender por el camino. Cualquier momento cotidiano es bueno para que aprendan a ser capaces de expresar sus opiniones, potenciando así una confianza mutua y la comunicación sana entre padres e hijos.
Fuente:
Etapa Infantil