Descripción | El peligro de la envidia y los celos…
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros”. (Gálatas 5:13-26) “La envidia es la peor enfermedad de la humanidad”. —Eurípides “¿ Es siempre mala la envidia?” Sí. Las Escrituras nunca se refieren a ella en forma positiva. Jamás se dice que Dios sea envidioso. “Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado”. (Mateo 27:15-18) “¿ Son siempre malos los celos?” No. Es normal y natural que los celos surjan cuando la infidelidad amenaza a una relación significativa y comprometida. “Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare; o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado”. (Números 5:29-31) ”Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”. (2 Corintios 11:2-3) Disfraces que enmascaran la envidia y los celos
Envidia
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos”. (Proverbios 14:30) Celos
“Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” (Proverbios 27:4) Versículo clave para memorizar “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. (Filipenses 4:11) Pasaje clave para leer y meditar Cómo reemplazar las emociones destructivas Acepte sus sentimientos y úselos como señales para hacer cambios. (Santiago 3:14) Reconozca el origen de esas emociones. (Santiago 3:15–16)
El amor ágape dice que usted puede dominar sus celos naturales y la envidia. (Gálatas 5:13–14)
Ore, ore, ore.
Cambie su enfoque y procure complacer a Cristo y no los deseos de los demás.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”. (1 Corintios 13:4-5) La respuesta a los celos—hablar la verdad en amor Confronte con amor—hable con amor. Trate de descubrir el origen de los celos, si son piadosos o egoístas. Decida si se justifican los celos o son producto de su imaginación. Permita la expresión del dolor sin culpar a nadie. Pida perdón por cualquier ofensa posible, pero no se ponga a la defensiva. Afirme a la persona celosa declarando su valor, alábela y anímela. Hagan un plan juntos. Aléjese de cualquiera que muestre un odio abierto o manipulación destructiva. “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. (Efesios 4:15) Temas relacionados con la envidia y los celos…
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